LÁGRIMAS EN EL MAR – V

•17 marzo, 2023 • Deja un comentario

MAIA

Y eso hice. Miré con otros ojos las siete estrellas de la Osa Mayor, de Calisto, ahora que sabía su nombre. Y busqué por encima suya a Arcas, cuyo pie brilla tanto que lleva señalando el norte a los marinos desde que el hombre por primera vez se atrevió a aventurarse mar adentro. Y hablé a Selene, perdón, a la Luna, si bien no recuerdo que dije exactamente. Iba muy borracho, y hace muchos meses de aquello, más de un año.

Lo que sí recuerdo es que cuando volví a mirar a Maia, ya no estaba a mi lado. Solo quedaba el recuerdo de su voz, de sus hermosos y tristes ojos moteados como un leopardo, y de todas las imágenes que había creado en mi cabeza. Y por Dios os juro que el humo del último cigarro, que encendí cuando con grandísima pena me rendí y volví al fin a casa, formaba delante mía con el viento figuras de cazadoras, y dioses, y osas, y lobos. Os juro que no lo soñé.

Aunque al día siguiente lo pensé cuando me desperté con resaca y tardé unos minutos en recordar el final de la noche, tras los ligues, y la música, los botes y los cubatas y el cristal. Tras unos minutos todo eso me pareció un sueño y lo único real era la voz de Maia y la historia en mi cabeza.

Y tras esa noche, nos encerraron en casa durante meses.

Puto virus… maldita pandemia de los cojones. Fueron los meses más largos de mi vida hasta que al fin empezó la desescalada y pude salir de casa e ir por las noches al paseo marítimo. Pero nunca más vi a Maia. Poco a poco perdí la esperanza. Pero os juro que no estoy loco. Os juro que pasó. Y no digo que me crea lo que me contó, joder, claro que no me lo creo. Pero ella estuvo ahí contándomelo todo, y yo estoy desesperado por encontrármela de nuevo, para que me cuente más historias.

Maia. O Maya. Luego lo busqué en internet, y Maia era una diosa, como me dijo, si. La personificación de la primavera. Y por ella pusieron a Mayo su nombre. Y yo solo sé que necesito volver a verla, y se que algún día , aunque sea en mi lecho de muerte, me visitará de nuevo, y me contará mil historias, y yo seré feliz porque solo quiero que me vuelva a mirar con esos ojos del color de la miel y del trigo en verano,y oler a cerezas mojadas por la lluvia de primavera.

Y mientras tanto… Me conformo con hablarle a la luna y a las estrellas cada noche antes de dormir. Y con llorar con ellas cuando llueve tormenta.

FIN

LÁGRIMAS EN EL MAR – IV

•17 marzo, 2023 • Deja un comentario

LÁGRIMAS EN EL MAR

Ya amanece, niño, ya empieza a clarear por el este, se acerca Helios en su carro dorado anunciando el fin de la noche, e igual se acerca el final de esta historia.

Como te digo, Zeus ya no sabiendo cómo esconder a Arcas de la furia de su esposa, que acababa de descubrir que no solo le había vuelto a deshonrar años atrás con Calisto, y la había salvado de su ira elevándola en forma de osa a los cielos, sino que secretamente había tenido un hijo con ella y le había ocultado hasta ese momento de ella, decidió que ya no habría salvación ni tranquilidad para su hijo en la Tierra, y solo se le ocurrió transformarle en oso, como hizo con su madre décadas atrás, y reunirla con ella en el cielo, lejos de la ira de Artemisa y de Hera, las dos diosas más furibundas y rencorosas, y a su vez pagar por fin con un poco de dicha a la ninfa a la que había destrozado la vida, haciéndola reunirse al fin con el hijo que jamás pudo abrazar ni sentir su calor, y solo había podido observar desde el cielo por las noches, sin que él supiera siquiera que su madre le lanzaba besos desde el cielo.

Y así, por siempre y para siempre, madre e hijo se reunieron en el cielo estrellado, con forma de osos ambos, caminando juntos haciendo compañía a Selene, y a salvo de los tejemanejes de los dioses de la tierra. Y ahí los tienes, delante, siempre bien visibles en las noches sin nubes. Madre e hijo juntos, al lado de la luna, tantas veces los has visto caminando por los cielos, pero no conocías su historia: Calisto, la Osa Mayor, y a su vera, bajo su protección, lo que llamáis la Osa Menor, su hijo Arcas, danzando eternamente por el horizonte nocturno haciendo compañía a la diosa Luna.

Más, si no es un final triste, tampoco es un final feliz, niño. Como es la vida, dulce y amarga a la vez, así son siempre los finales de las verdaderas historias. Madre e hijo se salvaron del castigo eterno de unas diosas despechadas, y eran felices en los cielos nocturnos bajando y subiendo del horizonte cada noche, descansando y paseando y charlando y durmiendo hasta que, un mal día, Hera, que nunca acepta una derrota totalmente, se quejó a la Titánide Tetis, hija de Urano y de Gea, y niñera de la misma Hera cuando nació, Tetis, la personificación de los ríos y lago de agua dulce, era a la vez esposa de Océano, el dios-mar , dios de todo el agua salada del planeta, y Tetis atendiendo a las quejas de Hera por su nueva deshonra y que en premio a esa infidelidad la amante de Zeus y su hijo se hubieran ganado la inmortalidad, y como odiaba la intrusión de Calisto en el lecho de su ahijada hizo que su esposo Océano prohibiera a ambas constelaciones que jamás tocasen agua alguna. Y es por eso que ni la Osa Mayor ni la Osa Menor salen ni se ponen nunca como sí hacen otras constelaciones de estrellas, por eso son circumpolares y siempre están visibles desde el inicio de la noche al fin, girando por el horizonte pero sin bajar nunca del cielo, guiando a las embarcaciones con su brillo y su estrella polar durante toda la travesía, pues tienen prohibido esconderse ni reposar jamás bajo el mar. Y es por ello que ambos osos de vez en cuando lloran amargamente en forma de tormentas marinas pues están condenados a ver debajo suya el hermoso océano hermosamente reflejado de estrellas, y ver como el resto de constelaciones de los cielos y séquito de Selene pueden bañarse en las aguas y ellos solo pueden mirar.

Y hasta aquí mi historia, niño. Ya está amaneciendo y en un minuto desaparecerán de tu vista, por si quieres despedirte de ellos y apiadarte de su historia, es el momento. Y recuerda pedir a la Luna que les reconforte lo que pueda de sus penas y les haga felices en su regazo.

Oceánide

•26 octubre, 2022 • Deja un comentario

Como un quinceañero, de nuevo

como un niño pequeño echándole valor

miro al cielo, detrás escucho tu voz

cierro los ojos , subo escalón a escalón

pienso en Dante y pienso en Jacob

y me lanzo apretando los dientes entre lágrimas y alcohol

Y caigo

Y ahi estás

En el suelo

Esperandome.

No se si para levantarme 

o para que te salve yo.

Pero me dan igual, llamas o harpas ya.

Como Manson, ábreme en canal

deshecha las visceras  y busca en mi interior

y verás el reflejo de un espejo roto con marcos roídos y una sonrisa feroz.

Entre estrellas nunca hubo hueco para lo que anhelo yo

Entre tus ropas hay perdida y asustada  una niña con una mueca de dolor 

manchada de arena  mirando mis pies heridos con los restos de cristal de algun reloj

llorando y soñando y brincando en la brisa mojada de una noche sin dios.

Y yo subo 

y yo caigo

y yo grito

y yo busco

retorcido y fallido y rendido y herido

y riendo contigo, hasta el puto infinito

en este ocaso que dibujamos los dos.

LÁGRIMAS EN EL MAR – III

•5 junio, 2022 • Deja un comentario

LA MADRE

Muchos años antes de que Licaón aullase a cuatro patas suplicando piedad a Selene por las noches, a cuatro patas solo y desdichado en el frío de los bosques del Peloponeso, incluso muchos años antes de dar a luz a Arcas, Calisto era feliz, una ninfa realizada , orgullosa y completa. Una ninfa, si, pues eso era Calisto, una deidad menor de la naturaleza, lo que siglos después llamasteis en vuestros relatos “hadas”. Protectoras de la naturaleza, asociadas a arroyos, a bosques, a ríos, a montes, eso son las ninfas. Y Calisto no era una ninfa cualquiera, no era una ninfa más, pues era una Pléyade. Y las pléyades eran las selectas ninfas que eran el cortejo, amantes y compañeras, de la diosa Artemisa, la diosa virgen de la caza y la naturaleza, hermana de Apolo, y madre de las amazonas. Y, como su diosa, las pléyades eran vírgenes y cazadoras, y Calisto era la mejor entre las ninfas de Artemisa.

Pero para desgracia de Calisto, Zeus, el insaciable Zeus, se prendó de su belleza viéndola un día desnuda cazando elegante con su arco en el bosque, siguiendo a Artemisa en su eterno y primigenio ritual animal del ciclo de la vida, manteniendo el equilibrio en el bosque. Y en un momento en que Calisto se quedó a solas, a la orilla de un arroyo, curtiendo la piel de un ciervo que había cazado para honrar a Artemisa, Zeus se le presentó en todo su esplendor dorado y plateado como sus rayos y relámpagos. Y Calisto vio las intenciones del señor del Olimpo, y ella, respetuosa con los dioses como era, le dijo que lo lamentaba pero que como bien sabía era consorte del séquito de Artemisa, y como tal tenía un voto de castidad y tenía decidido no dejarse tomar nunca por hombre o dios alguno. Zeus, soberbio como todos los dioses, no se dejó convencer rápidamente, pero cuando vio que la ninfa estaba decidida a mantener sus sagrados deberes para con su diosa se dio por vencido, y desapareció por donde había llegado.

Poco después le explicó Calisto a Artemisa el episodio, y la diosa satisfecha con la devoción y fortaleza de la ninfa, le dijo que no se preocupase, y que nada le pasaría, y ahí mismo se lo agradeció, tomándola en la orilla del arroyo, sobre la piel de ciervo curtida en su honor. Pero resultó que por quien se dejó seducir Calisto no era Artemisa, sino el propio Zeus que tomó la imagen de la diosa para llevar a cabo su capricho y disfrutar si o si de la belleza de la ninfa, convirtiéndola en una más de sus muchas aventuras extra maritales.

Y si bien se sintió deshonrada y avergonzada de haber fallado a sus votos, aunque fuera engañada, Calisto calló su deshonra ante el resto de las Pléyades y sobre todo ante su ama y amada Artemisa. Y todo pareció ir bien un tiempo, hasta que, oh, niño, hasta que Calisto empezó a notar que cada vez le costaba más seguir el paso del resto de cazadoras, cada vez más torpe y menos ágil, se dio cuenta horrorizada de que estaba embarazada, de que el vientre le crecía por momentos y que Zeus no solo le había deshonrado sino que le había dejado su semilla dentro.

Y así vivió, desdichada y a la vez preocupada por su vida y la de su futuro hijo, a quien ya había decidido darle de nombre Arcas, pues sabía que la ira y furia de Artemisa eran similares con sus enemigos o quienes la burlaban como grande era el amor por la naturaleza y sus ninfas. Por eso cada vez se excusó más y más de cualquiera de las maneras para evitar salir a cazar con Artemisa y el resto de pléyades. Y cada vez vistió túnicas más anchas para esconder su creciente vientre. Hasta que , un día que estaban la diosa y todas sus ninfas dándose un baño en el rio, ante su nueva negativa a bañarse con el resto, una de sus hermanas juguetona le quitó el cierre de la túnica, dejando esta caer y asombrando a todas con su redonda desnudez.

Y el grito de rabia de su maestra y amada diosa rompió el sorprendido silencio, cuando gritando la acusó de lujuriosa y de traidora, de romper su promesa para con ella, y no dejando a Calisto poder explicar que había sido engañada, cogió la desnuda diosa su arco y sus flechas para matarla en el momento. Más Zeus, que lo observaba todo desde el Olimpo, avergonzado y arrepentido de la inminente muerte de la inocente ninfa, convirtió a esta en una gran y fuerte osa, para que su gruesa piel aguantase la herida del flechazo de Artemisa, y así pudo huir por su vida y la del bebé de su vientre Calisto corriendo rápida por el bosque , derribando árboles a su paso, con Artemisa dándole caza con sus ninfas y sus veloces sabuesos. Y, sabiendo Zeus que a la postre sería imposible que Calisto burlase eternamente a la diosa de la caza, y aun arrepentido de los actos desencadenados por su irrefrenable lujuria, tuvo una idea, y no fue otra que , primero, salvar al pequeño, mandando a Hermes a que provocase el parto de la osa , para salvar al bebé, pues nadie es más rápido que el mensajero de los dioses, y lo trajera a mis manos para que lo salvase y criase escondido. Y una vez hecho esto, para salvar la vida de Calisto de Artemisa,e incluso de Hera, que en cualquier momento descubriría su nueva infidelidad, Zeus cogió a Calisto en su nueva forma y la subió a los cielos a los dominios de su abuelo Urano, lejos del alcance y el castigo de nadie, ni Artemisa ni Hera siquiera podrían hacerla daño en su exilio celestial.

LAGRIMAS EN EL MAR – II

•10 octubre, 2021 • Deja un comentario

EL HIJO

Hace mucho tiempo, cuando no existían países, solo imperios cambiantes, pueblos que se elevaban y transformaban y aniquilaban entre ellos con más celeridad que con la que crece un bosque, cuando la humanidad aún estaba aprendiendo a ser independientes del yugo de los dioses, pero estos aún caminaban entre los mortales, regalando más desdicha y dolor que prendas y virtudes, pues siempre el precio a pagar es alto, nació en el sur de la antigua región que con los años fue Grecia, en la boscosa península del Peloponeso un niño destinado a hacer grandes cosas. Pero, ¿a qué precio? Uno muy grande, al menos para su madre, una madre cuya mayor desgracia y deshonra fue ser madre, pero… ¿qué madre no ama a su hijo? Y Calisto amó a Arcas, pues así se llamó el niño, como toda madre ama a su hijo. Aunque nunca pudo criarle ni besarle ni abrazarle ni acariciarle. Solo pudo protegerle y defenderle y amarle desde el cielo nocturno, igual que su padre le guió y vigiló desde el cielo diurno, pero… ya llegaremos a ello. Ahora no toca hablar de los padres, sino del hijo.

El niño se llamó Arcas, como te he dicho, pero tuvo que crecer sin madre, ni padre. Pero me tuvo a mi. Yo oculté y crié al bebé. No me crees, claro. No puedo tener miles de años. Pero no importa si me crees o no. Es más, se que no te importa que sea cierto o no, veo en tus ojos que quieres saberlo de todos modos. Pues atiende a esto, niño; a Arcas me lo trajo bajo mi protección Hermes, mi hijo. Hermes, al que luego el pueblo de Roma dio por llamar Mercurio. Si, el dios Mercurio, ese era mi hijo, tramposo y listo pícaro y rápido como un cuervo, pero fiel a su padre Zeus, y Zeus le ordenó rescatar a Arcas de la muerte segura desde el vientre de una osa y con la placenta aun resbalando ponerlo en mis brazos.

¿Qué ocurre? ¿Qué te asombra más, que te diga que Hermes era mi hijo? ¿Que Arcas había nacido del vientre de una osa? ¿ O que Zeus fue mi amante, del cual engendré al dios de los viajeros, al mensajero del Olimpo, a Hermes el de los pies alados?

No te sorprendas tan pronto , niño, pues no han empezado las auténticas sorpresas. Eran otros tiempos, tiempos de fe, de hierro, de sangre, y de extrañas maravillas, en el mundo aún naciente. Y que Zeus fuera quien me hizo quedar encinta no debería admirarte tanto, has de saber que Zeus fue el mayor de los dioses, pero también el de la mayor de las pasiones, y tuvo muchísimos hijos a las espaldas de su hermana y esposa, Hera, la furibunda Hera, de la cual quiso proteger Zeus al recién nacido escondiéndolo entre mis brazos.

¿Que quién soy yo? Me puedes llamar Maia. No, Maya no, Maia… Bueno, puedes llamarme Maya si te es más fácil. Pero.. ¿Quieres que siga con mi historia o no? Entonces calla y escucha, niño, pues la noche es corta ya, y vas a querer mirar por última vez a las estrellas cuando acabe mi relato, y el amanecer será tu enemigo, así pues, no me interrumpas, abre los oídos y la mente, y escucha bien:

Como te digo, Hermes depositó en mis brazos a Arcas, aún lleno de sangre y placenta de osa, en mi hogar en lo más profundo del más profundo bosque del Peloponeso. Y así creció escondido de su madrastra el semidiós, pues eso era Arcas, hijo de un dios y una mortal. Hijo de Zeus y mortal, como antes lo habían sido Heracles, Perseo o Teseo.

¿Mi hijo? No, niño, mi Hermes no era un semidiós, Hermes fue un dios en el Olimpo al lado de su padre, porque mi hijo no fue engendrado por dios y mortal, ya que yo no soy mortal, como ya deberías haber adivinado. Pero esta no es mi historia. Es la historia de Arcas y de su desgraciada madre, Calisto, la más fiel de las pléyades, y aun así, la más castigada.

A Arcas le crié bien, todo hay que decirlo. Le hice sabio y ágil, ducho en el arte de la caza, como lo era su madre, y justo como debió ser su padre. Y cuando cumplió la mayoría de edad le envié hacia el reino de su abuelo, Licaón, rey de la polis… una polis era lo que llamáis ciudades hoy en día, pero a su vez era un país, de los muchos países que tenía la región griega entonces: Grecia no era un país, Grecia era la más maravillosa de las regiones, con muchas ciudades-estado, pues eso eran las Polis: Atenas, Esparta, Tebas, Delfos.. o Licosura, donde reinaba Licaón, padre de Calisto y por tanto el abuelo de Arcas.

Cuando Arcas llegó a Licosura y se presentó ante su abuelo, este, tras revisar las pruebas de consanguinidad que yo le había entregado precavidamente (en esos tiempos eran constantes las luchas de poder y la desconfianza en el trono) aceptó que era su nieto, y lo acogió bajo su seno. Y le hizo corregente, dirigiendo ambos el reino sabiamente, abuelo e hijo, mano a mano, y si bien el pueblo de Licosura ya amaba a Licaón por ser un rey religioso y civilizado que les había hecho pasar de ser un pueblo semi salvaje a una civilización rica y poderosa casi a la altura de las magníficas Esparta o Atenas, más aún aprendió a amar al joven pero sabio Arcas, que les enseñó a sembrar el trigo (como yo le había enseñado a hacer), a hacer con ello el pan y descubrirlo la humanidad por primera vez, o a tejer e hilar la lana, haciendo mejores ropajes para los meses duros del invierno. Y todo ello hizo que el pueblo le amase con locura, al punto de pedir cambiar el nombre de la polis de Licosura a Arcadia, nombre con el que se conoce aún hoy en día a esa región de Grecia, en honor al propio Arcas, a la manera de que Atenas se nombró así en honor a la gran Atenea. Y esto fue la gota que colmó el vaso para el rey Licaón, que se sintió traicionado tras haber acogido como un igual a su nieto, solo para sentirse desplazado por él.

Y, loco de celos y despechado con su propio pueblo, Licaón urdió un plan, y este fue sacrificar a Arcas en honor a los dioses con la excusa de lograr el beneplácito y protección para la ciudad por muchos años, pues, ¿qué mayor sacrificio hay para un rey que el que es de sangre de su sangre? Sabía que eso a ojos de su pueblo sería un acto de valor y entrega inenarrable, y serviría de excusa perfecta para quitarse de en medio a aquel que le había eclipsado.

Lo que no podía adivinar Licaón cuando engañado ató a Arcas y le descuartizó en el altar del templo es que el dios que acudiría a por la ofrenda humana sería el mismísimo Zeus. Sí, el dios de dioses, pero además el padre de Arcas, que tuvo que ver como “en su honor” su hijo era asesinado en un altar, después de años de velar por él y esconderlo bajo mi cuidado.

Tarde vio Licaón lo que había hecho, y tarde se arrepintió, pues ya no había salvación para él. Entre aullidos casi animales de dolor se curvó y retorció bajo la mirada furiosa de Zeus, que le destrozó y moldeó el cuerpo, lo estiró sin piedad y lo estrujó, lo metamorfoseó dolorosamente, y entre aullidos esta vez sí, definitivamente animales, Licaón se vio convertido en un ser repugnante, mitad hombre, mitad lobo (Eso es, niño, veo por tu mirada que lo has adivinado. Por eso a los hombres lobos se les llama Licántropos… tropos es hombre en griego, y Licaón fue el primer hombre lobo..Licaón-tropos), y entre aullidos de dolor y vergüenza se perdió por siempre entre los bosques de los alrededores de Arcadia.

Y Zeus tomó entre sus brazos a su hijo muerto en su honor, y le devolvió la vida con un soplido, pero, a estas alturas, supo que había sido descubierto de nuevo por su mujer Hera, pues, por qué iba a preocuparse así por un simple mortal, si no era porque era otro de sus hijos bastardos, así pues decidió salvarlo de la ira de Hera llevándolo con su madre. Pero antes, de saber cómo… ha llegado el momento de hablar de la madre, Calisto.

LÁGRIMAS EN EL MAR – I

•3 octubre, 2021 • Deja un comentario

PRIMAVERA

Maldito virus. Puta pandemia.

No me la quito de la cabeza. No puedo. Y cada anochecer me siento a mirar el mar cuando torna de azul a negro, y espero a las estrellas..

La conocí en Marzo, el último fin de semana antes de que nos obligasen a encerrarnos durante meses en casa. Caminaba, borracho y melancólico, en las frías horas que preceden al amanecer, despacio, apurando un cigarro, caminando un poco titubeante por culpa del alcohol, hacia casa. Nada deseaba más en ese momento que llegar, meterme en la cama y dormir como un santo, tras una larga noche de fiesta. Habíamos demorado la despedida en la puerta de la discoteca cuando cerraron, sin ganas de que acabase esa gran noche, pero una vez que cada amigo caminó en una dirección distinta me entraron de repente todas las prisas,y encogido por el fresco de la madrugada y la humedad del paseo marítimo, me encendí el cigarro y apreté el paso.

Caminaba mirando al suelo, borracho, pensando en la noche, pensando en la cama, pensando que era mi penúltimo cigarro. Pero algo, no sabría decir el qué… un pensamiento, un deseo, una idea, un temor, un ruido, o mi imaginación..algo me hizo levantar la mirada y girar la cabeza hacia el mar.

Y allí estaba, entre decenas, cientos de estrellas, sobre un horizonte invisible en algún punto del agua negra como la boca del lobo y un cielo de ébano, ahí estaba: La luna llena más hermosa que había visto en mi vida. Tan hermosa, tan enorme , tan baja en el cielo, que pese a la borrachera, pese al ansia por meterme en la cama, pese al viento frío que arrastraba entre las baldosas dando botes un vaso de cartón vacío con el logo de alguna hamburguesería, tropezando entre mis tobillos antes de caer desde el paseo marítimo a la arena parda de la playa, no pude evitar pararme, hipnotizado, y con una emoción que no sabría explicar… diablos , ni siquiera se si la sentí de verdad o solo creo recordar haberme sentido así, pero lo que si se es que detuve mi paso, me olvidé de mi cama y del viento, y me detuve para apoyarme en la barandilla y acabarme el cigarro mirando esa luna como imagino que la miran los lobos en el monte, como la debió mirar el puto primer hombre de las cavernas que decidió levantar la vista al cielo nocturno. Embelesado, y sintiendo como si no existiera el tiempo, admirándola y sintiendo como si ella me estuviera mirando también a mi.

– Claro que te mira. Nos mira a todos.

“¿Qué?” Pensé sobresaltado.

– ¿Qué? – Dije sobresaltado, mirando y a la vez apartándome de la figura que estaba también apoyada en la barandilla, prácticamente pegada a mi, mirando la misma Luna.

Ella no se giró a mirarme, siguió en la misma postura, mirando a la luna con tranquila serenidad, bajo la penumbra de la farola más cercana se adivinaban unos rasgos maduros pero bellos, y una mirada anciana pero todavía más bella.

– Que claro que te mira. Ella te observa desde antes de que fueras una idea remota en la cabeza de tus padres, y te mirará aun cuando nadie sepa donde estás ya. Selene es tu madre, como lo es la Tierra, como lo son el Sol o el Cielo, como lo es el semen de tu padre o el amor de tu madre.

“Joder que puto susto. Joder que puta tarada” Pensé mientras decidía levantarme y seguir mi camino a casa. Pero pese a que mi mente le dijo a mi cuerpo que andase sin decir ni mú a esa loca, pasar de rollos o de turras, mi cuerpo no solo no respondió a mi cerebro, sino que me escuché a mi mismo preguntar:

– ¿Selene?

– Selene, si. Aunque puedes llamarla como quieras, tiene más nombres que años tiene la humanidad. La Luna.

Aunque seguía inmóvil apoyada en el frio metal, había girado la cabeza para mirarme al hablar, y , pese a la pedazo de gilipollez que acababa de soltar, algo dentro de mi supo que no era una loca. Y algo me hizo abandonar el deseo de huir de ella. No se si fue ese olor que desprendía, como a cerezas bajo la lluvia primaveral, o si fue esa mirada de color miel en unos ojos moteados pero más tristes que profundos.

Y que coño, que no entendía de que me hablaba, pero era sencillamente bella, sin las tetas operadas y el carmín afilado de todas las tías a las que había entrado esa noche. Sin minifaldas de putón verbenero ni escotes hasta el ombligo. Solo un vestido viejo y fino ondeante al viento que me hizo pensar que debía estar más jodida de frio que yo, un cabello del color del trigo que empieza a madurar recogido en una diadema de cobre oxidado , y esa hermosura tranquila de las mujeres en los primeros cuarenta, con esas primeras arrugas que más que empeorar un rostro lo visten de misterio. Tenía la mirada de quien ya no se preocupa en absoluto de si está guapa o no , y eso la hace más hermosa que la modelo más diva. Y yo no podía, no quería , apartar la vista de esos ojos. Tenía hasta miedo de parpadear y que desapareciese y despertarme entre sanitarios tras desmayarme por el coma etílico, y descubrir que solo había sido una alucinación, un delirium tremens causado por los chupitos y las drogas de diseño.

– ¿Quieres que te cuente un cuento? Una historia.. una leyenda.. un recuerdo. Como prefieras llamarlo. La historia no de ella- un pequeño gesto al cielo – Sino de dos de sus favoritos acompañantes en su eterno viaje.

Estrellarnos o Aprender a Volar

•23 marzo, 2021 • Deja un comentario

Ya no quiero mi vida

Todo lo que daba por sentado se ha derrumbado con la brisa de tu risa

Y ahora solo quiero navegar a través de la tormenta

Burlar a Escila, entrar en el ojo del huracán

Donde me espera la calma que no sabía que tanto necesitaba

Así que sigue golpeándome así, destroza mi vida y mi mundo

Que ya no los quiero, ni quiero este velero

Yo que me decía corsario temible y despiadado

Y una risa le ha desarmado

Una risa me ha desnudado

Una risa me ha despertado.

Y aborreciendo la piel de larva que dejo detrás

Salto al vacío a ver si ya puedo volar.

Y si no puedo..Si no puedo

Se que la brisa de tu risa no me dejará caer al suelo.

Verano de Nieve

•13 marzo, 2021 • Deja un comentario

Os voy a contar (susurrar) dos cosas:

La primera es que el instinto de autodestrucción no es esa película de ese adicto al riesgo que no sabe vivir sin tirar los dados sin mirar en una apuesta a todo o nada.

No.

Es mucho más simple , menos extremo, más extremo. Empieza por saber soltar el timón (dejate llevar…deslizate)

Nieve….

Es fácil erosionar todos los cimientos de una vida que dabas por sentada, una lección aprendida tiempo ha… Demasiado fácil cuando te das cuenta que las vigas de maderas están podridas, carcomidas como tu mente de pirómano. Y así, con la paciencia de la Parca, vas envenenando todo y a todos los que forman parte de tu ecosistema.

No necesitas un bólido del 69 y un barranco en las colinas de Hollywood. El trueno es más ensordecedor en el silencio (susurro) de aceptar que estamos jodidamente locos. De atar. Y te da igual. Y sigues excavando.

Incluso sigues amando.

La segunda es que si sueltas el timón es muy facil que acabes perdido, y te despiertes del sueño en el faro en la tormenta. Otra noche lamiendo la lluvia de tu cara y sonriendo de nuevo por primera vez sinceramente.

Que no estoy loco. Que es nieve. Por qué sonries?

Os voy a susurrar otra mentira. No eran dos. Nunca serán tres. La vida es un circulo.

Una espiral descendente.

Y a pesar de todo, no quiero dormir.

No puedo dormir, aunque no te dejo de soñar. Pero tú, no eres tú. No puedes ser tú. Te vi morir.

Y tras este infinito pero efímero viaje, tras este descanso abandonándome a la desidia, me bajo del bólido, al borde del barranco. Porque una figura me espera en la oscuridad.

(Save me from myself)

Esperame.

Tocame.

Enseñame.

Recuerdame.

Narcotizame.

Olvidame

Saboreame.

(Despertemos juntos, será divertido)

Buenos días,¿has dormido?

Las Sobras

•12 marzo, 2018 • Deja un comentario

left1

 

Voy a comenzar proclamando algo definitivo y definitorio, pero no por ello mentira.
«The Leftovers» es una obra maestra. Una de las mejores series de la historia de la televisión. Y reto a que alguien que la haya visto entera, lo niegue. No creo que esa persona exista. Si alguien ha visto solo parte de ella, y piensa así, estoy seguro que no la ha visto entera, la ha dejado a medias, precisamente porque «The Leftovers» es una serie Darwiniana que destroza y tira a la cuneta a la gente que no está preparada para masticar semejante disparo al hipotálamo. Por vaguería, por pereza, por incomprensión, o por no estar a la altura. Pero todo el que la haya visto entera, sus escasas 3 temporadas, aunque le haya costado sobre todo al principio… Pero se ha obligado a terminarla, sabe que ha visto algo especial, algo que supera a esas series que todo el mundo quiere vender como mejores de la historia (Juego de Tronos, te estoy mirando).

Hay series muy buenas, series enormes, y luego hay un puñado, unas pocas, que dan un paso más allá. Y, no es casualidad, no suelen ser las más vistas, las que más audiencia tuvieron en su día. Normalmente pasan casi desapercibidas y solo tras pasar de largo la gente se da cuenta de su posición en el Olimpo televisivo, se convierten en series de culto. Pasó con «6 feet under», en menor medida con «The Sopranos», pasó con la, para mi, mejor serie de todos los tiempos como es «The Wire», y ha pasado con The Leftovers», con una audiencia media en USA de unos escasos 2 millones de espectadores por episodio.

left2

No voy a hablar de la trama, que más allá del extravagante punto de partida, realmente es difícil explicar, incluso saber si te paras a pensarlo, de qué va Leftovers, más allá de decir que trata de personas rotas por dentro, estremecedoramente destrozadas, muertas en vida, que creen que siguen respirando, en un mundo que ya no es el suyo y nunca volverá a serlo. No voy a hablar de las increíbles interpretaciones (Lo de Carrie Coon es uno de los mayores y mejores descubrimientos televisivos en décadas), no voy a hablar de su emocional, infinitamente bella y triste banda sonora cortesía de Max Ritcher, y, en definitiva, como esto no es una crítica, sino simplemente un puto grito al cielo de asombro, felicidad y adrenalina soltada, una ovación muda y merecida, una recomendación que se que pocos o nadie seguirán, no voy a contar nada de la serie, ni hacer una critica al uso. Solo os diré que si tenéis paciencia, estomago y ganas, si sois de los que buscáis series que de verdad os toquen, y no meros espectáculos comerciales..si necesitáis llorar, sufrir, reír, aliviaros, preocuparos, pensar,pensar,pensar, sentir… Si queréis algo más que simple entretenimiento..si necesitáis productos que de verdad os hagan ser personas diferentes al acabar de verlos que al comenzar… Por favor, hacedme caso, aguantad la irregular primera temporada, disfrutar la insuperable y sorprendente segunda temporada, y simplemente callaos y quitaos el sombrero con esa tercera espectacular temporada que desde el primer segundo al último se convierte por derecho propio en una de las mejores, si no la mejor, temporadas de una serie de todos los tiempos.

Y eso, al lado de compañeros de podio como «The Wire», «Sopranos» o «Breaking Bad» entre unos pocos más, es decir mucho. Pero es que es así.

Dejad que «Leftovers» os parta el alma y el corazón.

left3

 

 

Spun

•9 marzo, 2018 • Deja un comentario

 

Spun-585978601-large

Spun…Spun es el nombre de una película de esas que se pudren en el cajón del olvido. Una regulera película, que se queda a medias de muchas cosas,y no ofrece nada genial a casi nadie de los que se lanzan a su visionado.

Es una película rara, sucia, cutre, que no cuenta nada, solo la triste y patética vida de unos cuantos tristes y patéticos yonkis de la america más profunda y paleta.

Y aún asi…

Los que me conoceis sabeis que soy bastante cinéfilo. No en plan gafapasta sabiondo y repelente que te habla del cine underground kosovar, elitista y snob. Pero si, me encanta el cine, veo y he visto mucho cine, y soy de esas pocas personas que en la adolescencia si iba al cine con su chica se cabreaba si esta intentaba besarle. No he venido a enrollarme en la oscuridad, he venido a ver la película. Mira hacia adelante,nena,calla, y disfruta.

Spun… una peli que descubrí en los últimos estertores del vhs, del videoclub de barrio, del boca a boca, del elegir cuidadosamente en qué te ibas a gastar las 300 pesetas del alquiler, antes de que llegase la revolución de internet, con su ilimitada oferta de cine gratis, izad la bandera de la calavera, y naveguemos juntos, corsario!

Y es una pelicula totalmente distinta de lo que me esperaba. Sabía que iba de jovenes y drogas… Un tipo de cine que en los primeros 20, con ese afan de comerte el mundo, atrae muchisimo, y más tras haber disfrutado como un enano con Trainspotting.

Pero Spun no es Trainspotting, ni de lejos. Si acaso, es la prima segunda lejana, paleta y patética de aquél. En Trainspotting los geniales personajes de Irvine Welsh tienen pese a su patetica vida de heroinómanos, un aura de grandeza, algo que te atrae de ellos, que incluso (quizá salvando el caso de Spud) te hace decir «joder, pues no pinta tan mal ser un puto heroinómano!». Bueno, quizá si no creciste en el Madrid de los 80, claro.

No..los personajes de Spun…todos y cada uno de ellos, salvando si acaso al Cocinero (genial personaje de un genial Mickey Rourke), son totalmente patéticos, perdedores penosos y adictos, con las vidas totalmente perdidas. Y aun asi…

img_4086.jpg

Aún asi, rascando en este simplón producto olvidado y olvidable, en esos personajes desgraciados, sucios, adictos e hipócritas, en esa historia que no cuenta nada, en esa comedia sobre el patetismo de los jovenes tirados de la america desértica (Arizona? Texas? Nuevo Mexico? Arkansas?), en este subproducto casi de serie b, con sexo, desnudos y drogas gratuitos, tan alejado de obras maestras como Requiem por un Sueño, Miedo y Asco en Las Vegas, o la mencionada Trainspotting, por nombrar algunas otras películas sobre el efecto de las drogas en las vidas de los personajes… Aún asi, rascando la roña y el polvo, esperando nada y menos de su visionado, hay algo…algo que brilla, aunque sea un brillo opaco. Algo que molesta, que pincha, que incomoda, pero que te hace al menos sentir algo. Hay un tipo de melancolía, de aceptada tristeza, de profundidad en la aceptación de ser un despojo… hay ciertas miradas, ciertas sonrisas tristes, que sacan a relucir una sensación que, buscada a drede o no, te impacta, y te llena de melancolía. Que te hace acabar el visionado con la misma sonrisa triste de los personajes principales en la parada del bus.

Quizá para sentirlo, para disfrutar de esta película, hace falta haber sentido muchas veces esa misma melancolía, haberse sentido perdedor, y haberlo aceptado sonriendo. Quizá la mayoría de la gente vea esta película y solo vea sexo,drogas y rock n roll ligero (banda sonora cortesía del ex Smashing Pumpkin Billy Corgan), y solo se aburra, sin sentir nada. Pero a mi me tocó hace casi 20 años, y ha vuelto a hacerlo ahora, en un perezoso revisionado por casualidad.

Spun…

Es una película rara, sucia, cutre, que no cuenta nada, solo la triste y patética vida de unos cuantos tristes y patéticos yonkis de la america más profunda y paleta. Y aún asi… que gran película, aunque sea solo para una pequeña minoría de melancólicos perdedores ,como yo.

p5.jpg-r_1920_1080-f_jpg-q_x-xxyxx.jpg

Telón

•28 septiembre, 2017 • Deja un comentario

«Pido perdón, pude hacerlo mejor» Dijo Bufón.

Y con un «¡ale-hop!», cabriola y gesto de adiós:

«Pido perdón por ser como soy, y ahora abro el telón. ¡Que comience la función!»

Se va a un oscuro rincón, entre perezosos aplausos, y más de un espectador se estremece, sin saber muy bien por qué. Y con el sonido de una antigua caja de música desafinada, pasamos al siguiente acto de tú decadente historia.

Así que corre, date prisa, ponte el gorro, mueve los cascabeles, abróchate los leotardos y, sobre todo, ríe..ríe mucho, ríe alto, ríe ,ríe, ríe, cabrón!

a4f2986c1cbd40cf9660bc22cf330f35--court-jester-clowns

 

 

Naturaleza Muerta

•28 septiembre, 2017 • Deja un comentario

Insomnia… como la musa de la perdición.. miedo a volar en sueños no elegidos, siempre conocidos, nunca realizados..

Dinero quemado alumbra la colina de sal…sal, sal de la cueva y corre desbocado entre la blanca arena. Buscando el humo que indica el tesoro, aunque sean cenizas para tu cara marcada. Marcado un rostro desconocido que elegiste para la mascarada. Y cierra la celda, cierra y apaga, y sueña conmigo.

Me pierdo entre musas en coma , expectantes, soñando mi vida, soñando este instante. Y nos vemos ya muertos en trincheras sin fin, caminos marcados recorren esta guerra en que no nos jugamos nada. Pues morimos hace tiempo, y se acerca ya el alba.

Despierta.

Los Muertos Vivientes (Analisis del comic en general, y del tomo 20 en particular)

•27 junio, 2014 • Deja un comentario

Imagen

 

Hoy he pensado que es muy raro que en un blog tan heterogéneo como éste, en el que he hablado de sentimientos, he contado historias, he escrito poemas, he hablado de mi y de mi vida, de política, de videojuegos, de música o cine, de amor, e incluso de odio, en resumen de cualquiera de las cosas que llenan mi vida, que nunca (o no lo recuerdo si ha sido así) haya escrito sobre ningún cómic, una de mis más grandes pasiones. Así que he decidido que hoy voy a cambiar eso.

Y voy a empezar por «Los Muertos Vivientes». Y no porque vea la serie de televisión, que no lo hago (si, ya se que está muy de moda, pero no soy precisamente el típico hipster o el típico siguemodas), o porque sea uno de mis cómics preferidos, que lo es, ya que está claro que es un gran cómic, oscilando entre el notable y el sobresaliente siempre, con clímax puntuales de matrícula, pero también altibajos en varios periodos. Pero aunque es uno de mis cómics favoritos, sobre todo de los últimos años, tengo muchos cómics de «culto» que tengo por encima de ésta obra de Robert Kirkman, como casi cualquier cosa del Señor (por favor quítense los sombreros) Alan Moore, tipo «Watchmen», «V de Vendetta», «From Hell», «La Liga de los Caballeros Extraordinarios», «Top Ten», etc, como muchos otros cómics aun mejores que «Los Muertos Vivientes», desde «Predicador» de Ennis hasta «Sandman» de Neil Gaiman, pasando por muchos arcos argumentales brillantes de cómics de superhéroes como pueden ser las etapas de Frank Miller en «Daredevil Born Again», o en «Batman Año Uno», o «Batman El Regreso del Caballero Oscuro», o todo lo que hizo Warren Ellis con «StormWatch» y su genial continuación en «Authority» comenzando, creo yo, con esa perspectiva actual y más realista del mundo del superhéroe que tanto han explotado posteriormente grandes guionistas como Mark Millar, Grant Morrison o Matt Fraction.

Pero, retornando a la serie que nos ocupa hoy (ah, mi superpoder increíble de enrollarme saltando de rama en rama) , «Los Muertos Vivientes» es una serie buena. No solo buena, si no muy buena. Porque no es una serie sobre zombies. Si fuera una serie sobre zombies no habría enganchado desde el principio a un tipo como yo, que siempre huyó como de la peste de cualquier subproducto que tuviera que ver con ese terror barato de «serie b». Nunca me han gustado los zombies. Rectifico. ODIO el cine, la literatura, los cómics, lo que sea de zombies. Con muy pocas excepciones, como «Shawn of the Dead», esa deliciosa (no)comedia y (no)parodia de pelis de zombies cuyo titulo en español me niego a escribir, como «Zombie» la segunda peli de Romero (el cabrón que comenzó todo esta odiosa subcultura popular) por autoparódica y a la vez critica social, o como «28 días después», o como «BrainDead». Y no, de ésta no tengo explicación de por qué me gusta. Simplemente me descojono siempre que la veo. Y, por supuesto, el survival horror videogame de la primera Playstation que tantas y tantas horas de felicidad y sustos me dio como es «Resident Evil 2», uno de los juegos a los que más cariño tengo. Pero como digo, quitando estas honrosas y escasas excepciones, no soporto nada que tenga que ver con los zombies, por norma general, y por eso me sorprendió tanto que me enganchara al principio «Los Muertos Vivientes», tenía clarísimo que no me iba a gustar, cuando me lo dejo un ex-compañero de clase. Pero, según avanzó la trama, me di cuenta de por qué me había enganchado así la serie: Primero, porque era brutal. Buenísima. Dura, Pero muy inteligente, y creíble. Y segundo, y esto es lo más importante, porque «Los Muertos Vivientes» no va de zombies. Repito para oídos difíciles: LOS MUERTOS VIVIENTES NO ES UN CÓMIC DE «ZOMBIES». No es un cómic que narre la historia de como un grupo de gente intenta sobrevivir a los zombies. Cuenta la historia de como un grupo de gente intenta sobrevivir a otros grupos de gente, y a ellos mismos. Y, sobre todo, cuenta una aventura real por lo irreal, cuenta lo que pasaría si por cualquier causa apocalíptica o no, con zombies, o por cualquier otra amenaza, tuviéramos que aprender de nuevo todo eso que miles de años de evolución y civilización nos han robado, al menos en los países occidentales: Qué pasaría si tuviéramos que aprender a sobrevivir de nuevo. Lo bello de la atroz de la naturaleza. La humana, y la otra. Y todo esto se resume muy bien en las palabras de todas las contraportadas de todos los tomos de la serie, que siempre leo antes de abrir cada nuevo tomo, pensando seriamente en ellas, comprendiendo lo aletargados que estamos, gordos, lentos, torpes, y sabiendo que seriamos todos carnaza si nos viéramos empujados a la naturaleza primigenia:

«¿Cuantas horas al día pasas viendo la televisión?¿Cuándo fue la última vez que cualquiera de nosotros DE VERDAD hizo algo para conseguir lo que QUERÍA?¿Cuánto tiempo ha pasado desde que cualquiera de nosotros NECESITÓ algo de lo que quería?(…)El mundo del comercio y de las necesidades superfluas ha sido reemplazado por un mundo de supervivencia y responsabilidad. (…) La sociedad se ha desmoronado. SIN GOBIERNO. SIN SUPERMERCADOS. SIN CORREO. SIN TELEVISIÓN POR CABLE. EN UN MUNDO GOBERNADO POR LOS MUERTOS, POR FIN NOS VEMOS OBLIGADOS A EMPEZAR A VIVIR.»

Como digo, la trama no despunta por su originalidad. Comienza con nuestro protagonista Rick Grimes, policía de un municipio cercano a Atlanta que tras haber sido herido de gravedad en servicio despierta de un coma de unos meses para darse cuenta de que está sólo en un hospital abandonado (28 dias después?) , bueno, no exactamente abandonado si no invadido por una plaga de muertos vivientes (es curioso, si no recuerdo mal en todo el cómic no se llega a decir la palabra zombie ni siquiera en una sola ocasión), asi como el resto de su pequeña ciudad. Nuestro héroe, aturdido, desorientado, sin saber que ha pasado, y lógicamente acojonado decide marchar en busca de su familia. Y lo que sigue, asi a grosso modo es una aventura continua de supervicencia en un mundo postapocalíptico en el que los pocos humanos supervivientes se agrupan en pequeñas bandas, y donde reina la violencia como ley de supervivencia (Mad Max? El puño de la Estrella del Norte? Tantas otras películas con temática similar???)

Pero, como digo, no es en la trama, nada original, ni el escenario de los zombies, nada atrayente para mi, donde reside la grandeza de éste cómic. Lo que hace a «Los Muertos Vivientes» un cómic tan bueno no es el fondo, si no la forma. Esa crudeza, ese realismo que duele en el devenir de la historia, como logra Kirkman transmitir esa sensación de pesimismo, de «no future», de que ésto es simplemente una huida hacia delante, sin salida posible, pese a los deseos de Rick. Es la brutalidad. Es lo duro de la historia, y no duro por sus escenas violentas, si no por lo doloroso que es todo. Y lo bién que lo ha plasmado Robert Kirkman, con la inestimable ayuda de los crudos y engañosamente sencillos dibujos en blanco y negro de Charlie Adlard. Este dibujo merece un aparte, porque si bien sin grandes concesiones ni espectáculo, el dibujo de Adlard complementa a la perfección la historia de Kirkman. Pese a que cuando entró a la serie (los 6 primeros números USA los dibujó de manera objetivamente mucho más logrados Tony Moore) parecía un descenso en la calidad con respecto a su predecesor, enseguida nos damos cuenta que el estilo simplista (que no sencillo) de Adlard , sin artificios que nos despisten, pero plasmando con crudeza la dureza de este nuevo mundo, es un estilo de dibujo que viene como anillo al dedo a la historia, y sin el cual ya no concebimos leer este cómic, por mucho Adam Hughes o Brian Hitch o cualquier otro monstruo de la ilustración que pudiera relevarlo.

Los Muertos Vivientes es un cómic crudo, duro, pesimista, triste, realista, inteligente, emocional, directo, que pese a la temática de zombies y de escenas muy brutales de necesidad, huye del gore facilón y del terror de casquería por norma (podemos encontrarnos capítulos enteros sin ver un zombie, olvidándonos de ellos por completo, porque la amenaza real siempre es otra.. aunque, ups, basta olvidarte de ellos para que uno mordiéndote el tobillo por sorpresa te recuerde que no puedes bajar la guardia). Es un cómic adulto, en todos los sentidos, y un cómic realmente necesario de leer, imprescindible si eres amante del noveno arte, te gusten o no las pelis de zombies, te guste o no la muy muy inferior serie de televisión.

LOS MUERTOS VIVIENTES

Lo mejor?: La dureza de la historia, pero con inteligencia, y con mucho realismo, sin personajes intocables. Sus giros. Su dibujo.

Lo peor?:  Algunos altibajos puntuales, las «calmas antes de las tormentas», y, aunque todavía no se puede juzgar, la serie empieza a dar señales de estar agotada, y este es el momento de acabarla a lo grande y que quede en el olimpo de los cómics, o acabará alargándose innecesariamente para ser exprimida hasta que solo sea una caricatura de si misma, lastrando el veredicto final sobre algo que debería haber sido muy grande. Ah, y lo peor peor de la serie es que creo sinceramente que es la culpable de esta moda y renacimiento de libros, cómics, pelis, juguetes, series, juegos, y todo tipo de merchadising absurdo hasta lo inimaginable que tenga que ver con zombies. Horror!!!

Y AHORA, ANÁLISIS DEL ÚLTIMO TOMO SALIDO EN ESPAÑA, EL NÚMERO 20 «GUERRA SIN CUARTEL(parte 1)» OJO SPOILERS!!

Llevaba desde la muerte de Lori y la recién nacida en el final del arco argumental del «Gobernador», aquel clímax increíble de una serie que había sido sencillamente brutal desde el número 1 hasta ese momento álgido, pensando que algo se había perdido, que ya no era lo mismo. La seguía comprando por inercia, y por curiosidad, claro, pero cada número me dejaba más vacío en esos tomos post época de la cárcel , incluso aburriéndome alguno (y eso en una serie que en todos los tomos anteriores era de chapeau era mucho más doloroso). No sabía a donde nos dirigía el camino ahora, e incluso lo que es peor, empezaba a no importarme… Hasta la aparición de Negan, ese nihilista sociópata que se come con patatas en carisma y brutalidad al mismísimo Gobernador. Al Gobernador al menos sabías por donde cogerle. A Negan nadie sabe nunca por donde va a salir, no creo que ni él mismo lo sepa.

Tras leer este último tomo y el anterior, el «Marchamos a la guerra», he de reconocer que por primera vez en muuuuchos meses estoy de nuevo ansioso esperando el siguiente número. Kirkman tiene una gran oportunidad de dar un golpe sobre la mesa y transformar éste lento crescendo del nuevo arco argumental en otro gran clímax que lo «cambie todo para siempre». O eso, o de cagarla y hacernos pensar que ya se ha acabado, que hemos llegado a lo máximo que se podía estirar esta historia sin que se estancara y nos aburriese con un más de lo mismo sin sentido. Espero, deseo, y creo que va a ser lo primero, y que nos dejará con la boca abierta, y cerrando el tomo unos segundos para decir en alto «no, no puede ser.. que cabrón!!», como cuando Lori y el bebé murieron huyendo de la carcel, o, más recientemente, el primer número en el que aparece Negan en plan estrella reventándole los sesos a nuestro querido Glenn (delante de su esposa e hijastra) con su querido bate de baseball «Lucille».

Pero, en cualquier caso, incluso si termina éste arco argumental con un tirabuzón con doble mortal que nos deje a todos pasmados, creo que sea por llegar a un momento cumbre, o sea porque demuestre que se ha quedado sin ideas, que el señor Robert Kirkman debería ir pensando en cerrar el círculo y terminar con esta historia, una gran historia, si, pero que para ser grande de verdad tiene que terminar cuando aun no esté agotada y así nos deje con esa agridulce sensación de que hemos asistido a algo realmente grande pero que por desgracia se ha acabado para siempre, en vez de dejarla morir lentamente alargándola sin sentido hasta que las ventas le hagan terminarla demasiado tarde sin pena ni gloria, como está pasando con por ejemplo Fábulas, otra serie que empezó genial, original y fresca, y que ahora mismo es solo una caricatura de lo que fue hasta «La gran guerra».

Sea como sea, tras el ligéramente insípido tomo anterior, preparándo planes y maquinaciones, y aquella cagada de Rick por ansioso en su deseo de venganza con el antagonista, en éste tomo Kirkman ha logrado que me volviera a sentir como cuando leía su serie un año atrás, he estado todo el tomo en tensión, me he llevado varias sorpresas, lo he disfrutado, pese a algún agujero absurdo en el guión (¿Tienes a alguien tan peligroso como Negan al fin encerrado en su guarida rodeado de miles de zombies, y en vez de quedarte y mandar solo a unos cuantos a acabar con los grupos dispersos, os vais todos, para que os pille luego de nuevo desprevenidos? ¡Venga ya!) y sobre todo, lo mejor, de nuevo como hacía muchos números que no me ocurría, estoy con el mono, ansioso, y deseando leer ya el desenlace de este arco argumental, y quien sabe si de la serie…

Señor Kirkman, por favor, ¡no nos defraudes!

La sombra en la Esquina

•31 enero, 2014 • Deja un comentario

Con el estruendo de la maquina intento silenciar tu voz aguda e insistente. Cada mechón que cae pretendo que sea un recuerdo que se va. Cada aguja en el pecho un momento especial.

Y miro a tu hermano, que no entiende nada, y yo no puedo hacerle comprender que su otra mitad ya no volverá, que la moneda perdió una cara, que cuando tenga frio nadie le arropará. Ya no tú distante, ella próxima, tú callado, ella habladora, tú tranquilo, ella inquieta, tú y ella, ya solo tú, tú, tú, tú…

Adios, pequeña. Te llamaron Mofletitos, se rieron de tu cara de tarántula, te llamaron traviesa, y eras la lider de una manada por siempre huérfana. Te llamaron, y viniste, y te quedaste anclada en mi corazón, para luego irte pronto, demasiado pronto.Luchaste por quedarte y seguir siendo la jefa de esta casa, luchaste como la guerrera que siempre fuiste, siempre plantando cara. Pero no pudo ser, ya lo sabíamos, y aún asi lo intentamos hasta el final.

Te llamaron de todo, pero tú siempre fuiste, eres y serás, simplemente Niña. Mi niña.

Te quiero, pequeñita, y espero que lo sepas. Donde quiera que estés.

Imagen

Respírame

•2 agosto, 2013 • 1 comentario

Tengo un nuevo (nueva) guardián en mi vida. Con grandes orejas para escuchar al demonio venir a mi porche. Tengo un nuevo (viejo) dolor en el corazón, un miedo que no me abandonará hasta que logre matarme. A pesar de mi nuevo (nueva) guardián. A pesar de los castillos construidos, de arena en la tempestad, castillos de un segundo, para la foto. Como la vida que se escapa.

Pasan los años y no comprendo mejor las cosas. Las respuestas a las antiguas preguntas nunca llegaron, o eran falsas. Pero el cartero me trae nuevas preguntas cada dia, me entrega los sobres con lágrimas en los ojos. Y me asusta no saber por qué llora. (Una nueva pregunta que nunca me atreveré a formular)

Cuánto sufrieron los aventureros en Creta.. caminando y caminando, sumando y avanzando, para encontrarse una y otra vez al principio. Y yo.. yo tengo miedo, escucho a la bestia en el corazón del laberinto, la escucho respirar… me escucho respirar. Estoy sentado, esperando nuevas víctimas. Porque me odio y solo haciéndoles sufrir puedo conseguir herirme a mi. Si no puedo escapar al menos nos divertiremos, verdad?

No se si estoy loco o demasiado cuerdo. Lanzo el collage de fotografías al aire para hacerte gracia, intento que aprendas algo de mi ignorancia, rezo porque mis errores te enseñen el camino y noto como se me vacían los intestinos al ritmo de cada martillazo en mi crucifixión (pero, es curioso, no me duelen los clavos oxidados).

Quiero volver a ver esa serie. Quiero volver a escuchar esa canción. Lo quiero todo, pero no hay tiempo de nada. Y me pregunto cuanta de mi historia será verdad. Me pregunto si es cierta mi infancia. Porque un hombre sin pasado es un hombre sin futuro. Porque no se si soy un sueño o soy real. Porque no logro recordar las putas caras.

Respírame. Respírame. Respírame. Respírame. Respírame.

Necesito que me sientas.

Necesito saber que soy real.

Imagen