Hoy he pensado que es muy raro que en un blog tan heterogéneo como éste, en el que he hablado de sentimientos, he contado historias, he escrito poemas, he hablado de mi y de mi vida, de política, de videojuegos, de música o cine, de amor, e incluso de odio, en resumen de cualquiera de las cosas que llenan mi vida, que nunca (o no lo recuerdo si ha sido así) haya escrito sobre ningún cómic, una de mis más grandes pasiones. Así que he decidido que hoy voy a cambiar eso.
Y voy a empezar por «Los Muertos Vivientes». Y no porque vea la serie de televisión, que no lo hago (si, ya se que está muy de moda, pero no soy precisamente el típico hipster o el típico siguemodas), o porque sea uno de mis cómics preferidos, que lo es, ya que está claro que es un gran cómic, oscilando entre el notable y el sobresaliente siempre, con clímax puntuales de matrícula, pero también altibajos en varios periodos. Pero aunque es uno de mis cómics favoritos, sobre todo de los últimos años, tengo muchos cómics de «culto» que tengo por encima de ésta obra de Robert Kirkman, como casi cualquier cosa del Señor (por favor quítense los sombreros) Alan Moore, tipo «Watchmen», «V de Vendetta», «From Hell», «La Liga de los Caballeros Extraordinarios», «Top Ten», etc, como muchos otros cómics aun mejores que «Los Muertos Vivientes», desde «Predicador» de Ennis hasta «Sandman» de Neil Gaiman, pasando por muchos arcos argumentales brillantes de cómics de superhéroes como pueden ser las etapas de Frank Miller en «Daredevil Born Again», o en «Batman Año Uno», o «Batman El Regreso del Caballero Oscuro», o todo lo que hizo Warren Ellis con «StormWatch» y su genial continuación en «Authority» comenzando, creo yo, con esa perspectiva actual y más realista del mundo del superhéroe que tanto han explotado posteriormente grandes guionistas como Mark Millar, Grant Morrison o Matt Fraction.
Pero, retornando a la serie que nos ocupa hoy (ah, mi superpoder increíble de enrollarme saltando de rama en rama) , «Los Muertos Vivientes» es una serie buena. No solo buena, si no muy buena. Porque no es una serie sobre zombies. Si fuera una serie sobre zombies no habría enganchado desde el principio a un tipo como yo, que siempre huyó como de la peste de cualquier subproducto que tuviera que ver con ese terror barato de «serie b». Nunca me han gustado los zombies. Rectifico. ODIO el cine, la literatura, los cómics, lo que sea de zombies. Con muy pocas excepciones, como «Shawn of the Dead», esa deliciosa (no)comedia y (no)parodia de pelis de zombies cuyo titulo en español me niego a escribir, como «Zombie» la segunda peli de Romero (el cabrón que comenzó todo esta odiosa subcultura popular) por autoparódica y a la vez critica social, o como «28 días después», o como «BrainDead». Y no, de ésta no tengo explicación de por qué me gusta. Simplemente me descojono siempre que la veo. Y, por supuesto, el survival horror videogame de la primera Playstation que tantas y tantas horas de felicidad y sustos me dio como es «Resident Evil 2», uno de los juegos a los que más cariño tengo. Pero como digo, quitando estas honrosas y escasas excepciones, no soporto nada que tenga que ver con los zombies, por norma general, y por eso me sorprendió tanto que me enganchara al principio «Los Muertos Vivientes», tenía clarísimo que no me iba a gustar, cuando me lo dejo un ex-compañero de clase. Pero, según avanzó la trama, me di cuenta de por qué me había enganchado así la serie: Primero, porque era brutal. Buenísima. Dura, Pero muy inteligente, y creíble. Y segundo, y esto es lo más importante, porque «Los Muertos Vivientes» no va de zombies. Repito para oídos difíciles: LOS MUERTOS VIVIENTES NO ES UN CÓMIC DE «ZOMBIES». No es un cómic que narre la historia de como un grupo de gente intenta sobrevivir a los zombies. Cuenta la historia de como un grupo de gente intenta sobrevivir a otros grupos de gente, y a ellos mismos. Y, sobre todo, cuenta una aventura real por lo irreal, cuenta lo que pasaría si por cualquier causa apocalíptica o no, con zombies, o por cualquier otra amenaza, tuviéramos que aprender de nuevo todo eso que miles de años de evolución y civilización nos han robado, al menos en los países occidentales: Qué pasaría si tuviéramos que aprender a sobrevivir de nuevo. Lo bello de la atroz de la naturaleza. La humana, y la otra. Y todo esto se resume muy bien en las palabras de todas las contraportadas de todos los tomos de la serie, que siempre leo antes de abrir cada nuevo tomo, pensando seriamente en ellas, comprendiendo lo aletargados que estamos, gordos, lentos, torpes, y sabiendo que seriamos todos carnaza si nos viéramos empujados a la naturaleza primigenia:
«¿Cuantas horas al día pasas viendo la televisión?¿Cuándo fue la última vez que cualquiera de nosotros DE VERDAD hizo algo para conseguir lo que QUERÍA?¿Cuánto tiempo ha pasado desde que cualquiera de nosotros NECESITÓ algo de lo que quería?(…)El mundo del comercio y de las necesidades superfluas ha sido reemplazado por un mundo de supervivencia y responsabilidad. (…) La sociedad se ha desmoronado. SIN GOBIERNO. SIN SUPERMERCADOS. SIN CORREO. SIN TELEVISIÓN POR CABLE. EN UN MUNDO GOBERNADO POR LOS MUERTOS, POR FIN NOS VEMOS OBLIGADOS A EMPEZAR A VIVIR.»
Como digo, la trama no despunta por su originalidad. Comienza con nuestro protagonista Rick Grimes, policía de un municipio cercano a Atlanta que tras haber sido herido de gravedad en servicio despierta de un coma de unos meses para darse cuenta de que está sólo en un hospital abandonado (28 dias después?) , bueno, no exactamente abandonado si no invadido por una plaga de muertos vivientes (es curioso, si no recuerdo mal en todo el cómic no se llega a decir la palabra zombie ni siquiera en una sola ocasión), asi como el resto de su pequeña ciudad. Nuestro héroe, aturdido, desorientado, sin saber que ha pasado, y lógicamente acojonado decide marchar en busca de su familia. Y lo que sigue, asi a grosso modo es una aventura continua de supervicencia en un mundo postapocalíptico en el que los pocos humanos supervivientes se agrupan en pequeñas bandas, y donde reina la violencia como ley de supervivencia (Mad Max? El puño de la Estrella del Norte? Tantas otras películas con temática similar???)
Pero, como digo, no es en la trama, nada original, ni el escenario de los zombies, nada atrayente para mi, donde reside la grandeza de éste cómic. Lo que hace a «Los Muertos Vivientes» un cómic tan bueno no es el fondo, si no la forma. Esa crudeza, ese realismo que duele en el devenir de la historia, como logra Kirkman transmitir esa sensación de pesimismo, de «no future», de que ésto es simplemente una huida hacia delante, sin salida posible, pese a los deseos de Rick. Es la brutalidad. Es lo duro de la historia, y no duro por sus escenas violentas, si no por lo doloroso que es todo. Y lo bién que lo ha plasmado Robert Kirkman, con la inestimable ayuda de los crudos y engañosamente sencillos dibujos en blanco y negro de Charlie Adlard. Este dibujo merece un aparte, porque si bien sin grandes concesiones ni espectáculo, el dibujo de Adlard complementa a la perfección la historia de Kirkman. Pese a que cuando entró a la serie (los 6 primeros números USA los dibujó de manera objetivamente mucho más logrados Tony Moore) parecía un descenso en la calidad con respecto a su predecesor, enseguida nos damos cuenta que el estilo simplista (que no sencillo) de Adlard , sin artificios que nos despisten, pero plasmando con crudeza la dureza de este nuevo mundo, es un estilo de dibujo que viene como anillo al dedo a la historia, y sin el cual ya no concebimos leer este cómic, por mucho Adam Hughes o Brian Hitch o cualquier otro monstruo de la ilustración que pudiera relevarlo.
Los Muertos Vivientes es un cómic crudo, duro, pesimista, triste, realista, inteligente, emocional, directo, que pese a la temática de zombies y de escenas muy brutales de necesidad, huye del gore facilón y del terror de casquería por norma (podemos encontrarnos capítulos enteros sin ver un zombie, olvidándonos de ellos por completo, porque la amenaza real siempre es otra.. aunque, ups, basta olvidarte de ellos para que uno mordiéndote el tobillo por sorpresa te recuerde que no puedes bajar la guardia). Es un cómic adulto, en todos los sentidos, y un cómic realmente necesario de leer, imprescindible si eres amante del noveno arte, te gusten o no las pelis de zombies, te guste o no la muy muy inferior serie de televisión.
LOS MUERTOS VIVIENTES
Lo mejor?: La dureza de la historia, pero con inteligencia, y con mucho realismo, sin personajes intocables. Sus giros. Su dibujo.
Lo peor?: Algunos altibajos puntuales, las «calmas antes de las tormentas», y, aunque todavía no se puede juzgar, la serie empieza a dar señales de estar agotada, y este es el momento de acabarla a lo grande y que quede en el olimpo de los cómics, o acabará alargándose innecesariamente para ser exprimida hasta que solo sea una caricatura de si misma, lastrando el veredicto final sobre algo que debería haber sido muy grande. Ah, y lo peor peor de la serie es que creo sinceramente que es la culpable de esta moda y renacimiento de libros, cómics, pelis, juguetes, series, juegos, y todo tipo de merchadising absurdo hasta lo inimaginable que tenga que ver con zombies. Horror!!!
Y AHORA, ANÁLISIS DEL ÚLTIMO TOMO SALIDO EN ESPAÑA, EL NÚMERO 20 «GUERRA SIN CUARTEL(parte 1)» OJO SPOILERS!!
Llevaba desde la muerte de Lori y la recién nacida en el final del arco argumental del «Gobernador», aquel clímax increíble de una serie que había sido sencillamente brutal desde el número 1 hasta ese momento álgido, pensando que algo se había perdido, que ya no era lo mismo. La seguía comprando por inercia, y por curiosidad, claro, pero cada número me dejaba más vacío en esos tomos post época de la cárcel , incluso aburriéndome alguno (y eso en una serie que en todos los tomos anteriores era de chapeau era mucho más doloroso). No sabía a donde nos dirigía el camino ahora, e incluso lo que es peor, empezaba a no importarme… Hasta la aparición de Negan, ese nihilista sociópata que se come con patatas en carisma y brutalidad al mismísimo Gobernador. Al Gobernador al menos sabías por donde cogerle. A Negan nadie sabe nunca por donde va a salir, no creo que ni él mismo lo sepa.
Tras leer este último tomo y el anterior, el «Marchamos a la guerra», he de reconocer que por primera vez en muuuuchos meses estoy de nuevo ansioso esperando el siguiente número. Kirkman tiene una gran oportunidad de dar un golpe sobre la mesa y transformar éste lento crescendo del nuevo arco argumental en otro gran clímax que lo «cambie todo para siempre». O eso, o de cagarla y hacernos pensar que ya se ha acabado, que hemos llegado a lo máximo que se podía estirar esta historia sin que se estancara y nos aburriese con un más de lo mismo sin sentido. Espero, deseo, y creo que va a ser lo primero, y que nos dejará con la boca abierta, y cerrando el tomo unos segundos para decir en alto «no, no puede ser.. que cabrón!!», como cuando Lori y el bebé murieron huyendo de la carcel, o, más recientemente, el primer número en el que aparece Negan en plan estrella reventándole los sesos a nuestro querido Glenn (delante de su esposa e hijastra) con su querido bate de baseball «Lucille».
Pero, en cualquier caso, incluso si termina éste arco argumental con un tirabuzón con doble mortal que nos deje a todos pasmados, creo que sea por llegar a un momento cumbre, o sea porque demuestre que se ha quedado sin ideas, que el señor Robert Kirkman debería ir pensando en cerrar el círculo y terminar con esta historia, una gran historia, si, pero que para ser grande de verdad tiene que terminar cuando aun no esté agotada y así nos deje con esa agridulce sensación de que hemos asistido a algo realmente grande pero que por desgracia se ha acabado para siempre, en vez de dejarla morir lentamente alargándola sin sentido hasta que las ventas le hagan terminarla demasiado tarde sin pena ni gloria, como está pasando con por ejemplo Fábulas, otra serie que empezó genial, original y fresca, y que ahora mismo es solo una caricatura de lo que fue hasta «La gran guerra».
Sea como sea, tras el ligéramente insípido tomo anterior, preparándo planes y maquinaciones, y aquella cagada de Rick por ansioso en su deseo de venganza con el antagonista, en éste tomo Kirkman ha logrado que me volviera a sentir como cuando leía su serie un año atrás, he estado todo el tomo en tensión, me he llevado varias sorpresas, lo he disfrutado, pese a algún agujero absurdo en el guión (¿Tienes a alguien tan peligroso como Negan al fin encerrado en su guarida rodeado de miles de zombies, y en vez de quedarte y mandar solo a unos cuantos a acabar con los grupos dispersos, os vais todos, para que os pille luego de nuevo desprevenidos? ¡Venga ya!) y sobre todo, lo mejor, de nuevo como hacía muchos números que no me ocurría, estoy con el mono, ansioso, y deseando leer ya el desenlace de este arco argumental, y quien sabe si de la serie…
Señor Kirkman, por favor, ¡no nos defraudes!
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