LÁGRIMAS EN EL MAR – V

MAIA

Y eso hice. Miré con otros ojos las siete estrellas de la Osa Mayor, de Calisto, ahora que sabía su nombre. Y busqué por encima suya a Arcas, cuyo pie brilla tanto que lleva señalando el norte a los marinos desde que el hombre por primera vez se atrevió a aventurarse mar adentro. Y hablé a Selene, perdón, a la Luna, si bien no recuerdo que dije exactamente. Iba muy borracho, y hace muchos meses de aquello, más de un año.

Lo que sí recuerdo es que cuando volví a mirar a Maia, ya no estaba a mi lado. Solo quedaba el recuerdo de su voz, de sus hermosos y tristes ojos moteados como un leopardo, y de todas las imágenes que había creado en mi cabeza. Y por Dios os juro que el humo del último cigarro, que encendí cuando con grandísima pena me rendí y volví al fin a casa, formaba delante mía con el viento figuras de cazadoras, y dioses, y osas, y lobos. Os juro que no lo soñé.

Aunque al día siguiente lo pensé cuando me desperté con resaca y tardé unos minutos en recordar el final de la noche, tras los ligues, y la música, los botes y los cubatas y el cristal. Tras unos minutos todo eso me pareció un sueño y lo único real era la voz de Maia y la historia en mi cabeza.

Y tras esa noche, nos encerraron en casa durante meses.

Puto virus… maldita pandemia de los cojones. Fueron los meses más largos de mi vida hasta que al fin empezó la desescalada y pude salir de casa e ir por las noches al paseo marítimo. Pero nunca más vi a Maia. Poco a poco perdí la esperanza. Pero os juro que no estoy loco. Os juro que pasó. Y no digo que me crea lo que me contó, joder, claro que no me lo creo. Pero ella estuvo ahí contándomelo todo, y yo estoy desesperado por encontrármela de nuevo, para que me cuente más historias.

Maia. O Maya. Luego lo busqué en internet, y Maia era una diosa, como me dijo, si. La personificación de la primavera. Y por ella pusieron a Mayo su nombre. Y yo solo sé que necesito volver a verla, y se que algún día , aunque sea en mi lecho de muerte, me visitará de nuevo, y me contará mil historias, y yo seré feliz porque solo quiero que me vuelva a mirar con esos ojos del color de la miel y del trigo en verano,y oler a cerezas mojadas por la lluvia de primavera.

Y mientras tanto… Me conformo con hablarle a la luna y a las estrellas cada noche antes de dormir. Y con llorar con ellas cuando llueve tormenta.

FIN

~ por almarrota en 17 marzo, 2023.

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